En la Riviera danesa, se encuentra Village School House que data de 1721, una vivienda donde Norm Architects ha conseguido encontrar el equilibrio entre diseño y el entorno.
En la Riviera danesa, al norte de Copenhague, cerca de la playa, así como de lagos y bosques vírgenes, se encuentra una antigua escuela de la aldea que data de 1721. La antigua escuela consta de dos viejos edificios de madera con techos de paja, que ahora han sido restaurados delicadamente, con respeto al antiguo estilo de construcción tradicional, pero modernizado en el interior y unido con una conexión de vidrio.
En Village School House, Norm Architects ha conseguido encontrar el equilibrio entre diseño y el entorno. Esta armonía no es nueva en un país como Dinamarca, donde la arquitectura histórica y moderna habitualmente cohabita en perfecta armonía. La rehabilitación del edificio convirtiéndolo en una vivienda incluyó una modernización completa del interior y una cuidadosa restauración del exterior. El resultado es una casa contemporánea que honra la arquitectura tradicional de su pasado.
Antiguamente, la escuela constaba de dos edificios separados con entramado de madera y techos de paja. Los exteriores mantienen sus fachadas históricas, con la excepción de una pasarela de vidrio, agregada durante la rehabilitación para conectar los dos edificios.
El interior, conserva los principios clásicos de sus raíces escandinavas en perfecta armonía con el exterior, pero por lo demás es irreconocible la vieja escuela. En cuanto a la materialidad de este proyecto, la dureza del cemento pulido del pavimento y las blancas paredes, se equilibra con la calidez de la madera, una referencia al estilo tradicional del edificio. Esta materialidad se refleja también en la escalera donde se han utilizado peldaños de madera colocados sobre una base blanca flotante.
La cuidada selección de objetos y muebles para el interior, da como resultado una conexión perfecta entre mobiliario y arquitectura.
Proyecto: Norm architects
Cliente: Privado
Ubicación: Copenhague
Fotografía: Jonas Bjerre-Poulsen